miércoles, 3 de septiembre de 2008

Hoy ¿vas a entrar en mi pasado?


Míster América. Que en paz descanse (1989-2009)

Tenía unos 14 años cuando vi por primera vez a Míster América, la primer banda que vi perteneciente a esa Zona tarkovskiana del mundo de la música llamado “el under”.
No conozco a nadie que los haya visto y que, más allá de su gusto personal y sus preferencias musicales, no haya quedado impresionado por los espectáculos que ofrecía la banda integrada por Gustavo Astarita, Pilu Pontano, Horacio Núñez y Marcelo Pontano. Es muy difícil no recibir el impacto que provoca ver una buena banda sonando y con un showman desplazándose por todo el escenario (y muchas veces trascendiéndolo) al grito de “¡La jarra pingüino vomita mas vino!”
Y esa inquietud escénica y artística siempre fue trasladada al sonido de la banda. Ese cuarteto fundamental siempre fue agrandado por otros músicos y otras sonoridades, que iban aportando su talento para releer el repertorio de la banda.
Así es como “Sus sentidos”, una balada cuyo carácter era sostenido por el teclado y guitarra acústica, se convirtió en un rock punzante donde el protagonismo se lo llevaba el saxo furioso de Federico Jaureguiberry.
El tiempo fue pasando. Los antros fueron cerrando, las bandas fueron dejando de tocar. Las del under y las grandes también. Pero Míster América siempre estuvo allí. Pero nunca quieta. Es raro ver su trayectoria en una muestra porque si hay algo que, a pesar de su historia, Míster América nunca fue una pieza de museo. Siempre se reformuló a sí mismo. Técnicamente, podría decirse que Míster América no fue una banda que tocó 20 años, sino varias. Ni siquiera puede hablarse de un repertorio, ya que lo que esta despedida marca es el fin de una obra, que siguió produciéndose hasta estos días.
La noche platense seguirá su curso y Míster América no va a estar más ahí. O estará, pero como un mito. Un cuento que los padres rockers contarán a sus hijos rockers antes de dormir. Cuando el sábado suene el último acorde del último tema se cerrarán definitivamente las puertas del Boulevard del Sol. Se habrá liquidado de un violento fondo blanco el último trago en El Bar. Se habrá dado la chupeteada final a la bolsa noventosa en el baño de La Rosa de Cobre y sabremos que nunca nos levantaremos a la moza del Tinto A-Go-Go.
Algún día iba a pasar.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

y ahí estuvimos, por suerte. pero como todo lo que amenaza con desaparecer vuelve y escupe con la primera ola, ahí estaremos otra vez para la vuelta. salú

Anónimo dijo...

me debe pasar aún hoy que las bandas que uno tiene mas a mano, digamos las de la plata, las descubre después de varias noches en las que uno, olímpicamente, las ignoraba. o porque tocaban después "del número", de teloneras, o porque a esa edad estaba más preocupado por el chumayo de la de rojo.
me pasó con estelares, con mostruo y más q nada con míster. los debo haber visto por primera vez entre el 97 y el 98. en en bar de gerardo, en plaza moreno, no me acuerdo mucho porque directamente los miraba sin verlos. hasta que apareció el clik de astarita y la cosa fue mutando. enormes

bartolomé rivarola dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
bartolomé rivarola dijo...

Mmmmm... O hay un error de fechas o de lugares.
La sede platense de El bar de Gerado inauguró en 1995 y 1996 y duró lo que un pedo en un canasto. Ni ahí hasta el 98.
En Plaza Moreno tocaron con un exitoso trío, luego disuelto y hoy dedicados a la venta de telefonía celualar. Y eso fue en 1995.
Ya en el 97 (y todo el 98) fu absorvido por Despoojado en La Fabriquera y alguna fecha en el Tinto Bar (versión made in El Estudio del viejo y querido Tinto A-Go-Go del no menos viejo y querido Sandro). Tal vez haya sido alguno de esos.
Haga memoria, que no es tan difícil...

Anónimo dijo...

memoria, memoria... del bar de gerardo retengo dos fechas de las siempre libre (entre junio y diciembre pq la primera, la de junio, fue para mi cumpleaños)... y mister habra sido ya en el 97, puede ser, es verdad, en marzo creo. hacia un calor próximo al trópico. y en ese antro en el cual me sentía con mis 17 años un buzo a punto de descubrir un par de sirenas, se notaba y bastante. el calor, digo. las sirenas también, pero no me daban ni la espalda.
el de plaza moreno, tenés razón, debe haber sido el día de soda y su sueño stereo. tb hacía mucho calor y venía de ver una soberbia goleada de un recuperado estudiantes, contra un ferro de motta, con cuatro goles de verón (no este, el otro, el no-famoso), palermo, maciel y alguien +.
el bar de gerardo fue mi gran antro. pero me duró muy poco. cerró muy rápido capitán
después vendría la etapa 98-99 del soldado, las pelotas y otros en chacal. pero eso es otra historia

Anónimo dijo...

decir "gran antro" del bar de gerardo es... pero bue, en ese tiempo el olor a selva me haría pensar en "gran antro". sí fue el primero. pero eso tb es otra historia

el mismo de arriba