Flavio, Palo y compañía - The Roxy Colegiales - Viernes 11 de abril
En realidad la ortodoxia final fue la nuestra, pegando la vuelta y relinchando como caballo sin dueño entre Colegiales y Constitución. No sé si fue el pedo; el inminente frío que ya lo cubre todo y el viernes apenas se asomaba; los vecinos del barrio. No sé realmente.
Tal vez haber escuchado las melodías de temas gordos al sentimiento como "El León", "Mal bicho" o "Playas oscuras", en un contorno demasiado ajeno al carisma de lo que eran Fabulosos o Visitantes en los '90; estando cerca del escenario con tipos que ni se hubieran inmutado si al telón lo abrían Aguilé o Castaña.
Si bien no hay que ahorrarles mérito por hacer los temas que engalanaban las presentanciones con sus bandas de antaño, verlos en vivo entre un puñado de tipos no hace más que reafirmar que en muchos casos aquellas virtudes indiscutibles (musicales, carismáticas, viciosas...) de los tiempos de orquesta hoy apenas si se asemejan a simples trucos o tributos de sí mismos.
Y se nota más en aquellos músicos, como Flavio, cuando se imponen con los acordes que en su grupo tarareaban otros: Vicentico en este caso; o Skay, cuando contornea el escenario con los temas de Solari en versión redonda, con el sutil beneficio de que Beilinson era el que medía los pasos de la viola y eso no es poco.
Tal vez haber escuchado las melodías de temas gordos al sentimiento como "El León", "Mal bicho" o "Playas oscuras", en un contorno demasiado ajeno al carisma de lo que eran Fabulosos o Visitantes en los '90; estando cerca del escenario con tipos que ni se hubieran inmutado si al telón lo abrían Aguilé o Castaña.
Si bien no hay que ahorrarles mérito por hacer los temas que engalanaban las presentanciones con sus bandas de antaño, verlos en vivo entre un puñado de tipos no hace más que reafirmar que en muchos casos aquellas virtudes indiscutibles (musicales, carismáticas, viciosas...) de los tiempos de orquesta hoy apenas si se asemejan a simples trucos o tributos de sí mismos.
Y se nota más en aquellos músicos, como Flavio, cuando se imponen con los acordes que en su grupo tarareaban otros: Vicentico en este caso; o Skay, cuando contornea el escenario con los temas de Solari en versión redonda, con el sutil beneficio de que Beilinson era el que medía los pasos de la viola y eso no es poco.
Pandolfo acá salva la noche porque la impronta y su voz marca registrada en "Ella vendrá" o "Tazas de té chino" sigue el curso de las épocas de los Parakultural y los Paladium.
A eso se suma un público que, en el rumbo de los músicos por el atajo solitario, parece conmoverse ya no por lo que escuchan sino por lo que está por venir, lo que proviene del pasado más lejano. Para algunos es natural; otros lo llaman falta de apertura... y otros, simplemente, ortodoxia pura.
A eso se suma un público que, en el rumbo de los músicos por el atajo solitario, parece conmoverse ya no por lo que escuchan sino por lo que está por venir, lo que proviene del pasado más lejano. Para algunos es natural; otros lo llaman falta de apertura... y otros, simplemente, ortodoxia pura.
Impresiones, sin generalizaciones.
1 comentario:
Mmmmm... no estoy muy de acuerdo.
Nunca fui un gran fana de la obra de Flavio o los Fabulosos, pero si de Don Cornelio y Visitantes (particularmente de "Salud Universal" Y "Espiritango"). En el caso de Palo no me parece que el problema sea la ortodoxia o la falta de apertura, sino tal vez, el exceso de ella ( o de su intento). Si comparás el material solista de Palo y lo comparás con el las bandas que integró, vas a notar que no tiene mucho que ver. No sé, tal vez quiso romper con sí mismo y esta vez no le salió. Porque, de un modo más tibio en eso consistió la propuesta de Los Visitantes en relación a la línea que venía desarrollando Don Cornelio, más allá de intentar una continuidad desde el nombre (Palo bautiza a la banda a partir del título del último tema de Patria o Muerte, Soy el Visitante). Luego de un disco de la oscuridad y la densidad de Patria o Muerte sacar un disco titulado Salud Universal es una clara intención de barajar y dar de nuevo, a pesar de algunos toques oscuros como La Cautiva. La ruptura de Los Visitantes se da a partir de En Caliente, el disco en vivo. Y después, escuchar la obra solista de Palo te marca que el tipo buscó otra dirección, pero sin ser muy firma, de ahí la recurrencia a temas del pasado, y a ciertos temas en particular. Como ejemplo, en los primero recitales de Visitantes sólo tocaban unoo oo dos temas de Cornelio, y no eran precisamente los hits, sino temas de Patria o Muertoe: Soy el visitante, Cabeza de platino, Bajaremos y creo que alguna vez hizo Reventando.
Tampoco me parece apropiada la comparación con Skay. Es cierto que tiene esa cosa de intentar emular la voz del Indioo, pero si vas a verlo en vivo vas a notar que, salvo Nene Nena y Jijiji, a los temas de los redondos los reconoocés recién cuando empieza a cantarlos.
No sé son algunas impresiones
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