domingo, 30 de noviembre de 2008

Borda Music


Hubo un antes que fue un después. Después del cordero. Tarde. Dos los protagonistas. Eramos. Y ella. Verde, suave. Apenas despierta. Uno, no veo quién, la acariciaba. Breve. Uno, dos minutos. Nada más. Lo suficiente para ser neblina. De fondo, Fútbol. Y el letargo. Largo, raro.
Eran dos los protagonistas. Se sumaba el Borda; ese pasillo amueblado en zocalos; ligero, limpio, frío; vestido de reflejos que llegaban tenuemente del jardín. Y ellos. Palpitados de blanco. Buscaban, abrazaban, sofocaban. Ahí subimos. Dos horas de diferencia, nada más. Y los gritos de los dos: "Claro, Borda Music..." (deberá continuar)

No hay comentarios.: